La vida es una carga
La vida es una carga cuando no la entiendo, cuando siento que no soy suficiente, cuando creo que no me quieren, no me aceptan o no les agrado. La vida es pesada cuando la incertidumbre del hambre futura es un espejo del pasado y el pánico a que ocurra cuando yo no pueda hacer nada es realmente desesperante.
Me llena de pánico. La vida es una carga cuando estoy cansada y hay mucho por hacer y en ese momento siento que el mundo se me viene encima. El estar sola en el corazón me llena de pánico y el pensar que nadie me va a querer también.
La vida es una carga cuando debo escoger entre dos cosas: puede ser que una me guste y la otra la sienta como un compromiso o cuando ambas son compromisos, o cuando las dos me gustan. Y cuando son más, es todo un torbellino, como cuando tengo varios clientes al tiempo, varias cosas que comer, varios libros por leer o personas por hablar o hacer varias tareas en la casa.
La vida es una carga cuando siento deseos de comer por angustia, miedo, incertidumbre, costumbre, pánico… Y sé que no le hace bien a mi cuerpo y que no lo hago porque tengo hambre sino porque no logro relajarme, o cuando quiero descansar y me llaman y no puedo decir que no. Cuando me siento cansada es cuando más terrible me parece porque todo se vuelve un sacrificio y me gusta hacer las cosas porque las disfruto.
La vida es una carga cuando no se manejar las relaciones, cuando no se decir no y luego quedo mal a las personas porque creo que si yo no me salvo de una, voy a quedarme olvidada y abandonada. La vida se vuelve muy pesada cuando van a partir algo de comer y mi pedazo no llega y creo que no va a alcanzar para mí.
La vida se vuelve pesada porque no trabajo en lo que quiero y me parece casi imposible salir de este compromiso de trabajo y, peor aún, si logro salir y no saber que tengo algo seguro, me siento como una indigente, casi a punto de serlo.
La vida se vuelve una carga cuando me voy a vestir y no uso lo que me gustaría porque le doy gusto a otros y eso me da rabia, mucho malestar y odio vestirme de blue jeans y que los zapatos no sean cómodos. Y ponerme lo que me gusta y que no me quede porque la barriguita que tengo no me favorece y me siento realmente fea para atraer al hombre que yo quiero.
El mundo es una carga cuando me despierto y sé que no voy a hacer lo que me gusta y que podría hacerlo si tuviera la fuerza, el empuje; si en vez de sentirme con las piernas enterradas, me sintiera en un tobogán que va hacia la felicidad.
La vida es realmente pesada para mí porque no la sé vivir, porque me siento amarrada de compromisos para que los otros (mi familia) me quieran. Cuando alguien de mi familia está mal conmigo, el mundo es horrible, mi mundo es realmente un infierno y el sentir que no realizo mis sueños es horrible y los veo tan lejos porque me siento prisionera, enterrada y encadenada, como sin permiso para vivir, para ser feliz o… para respirar.
Carta de mi amiga Ana Berenice antes de morir
María Patricia Mejía Garcés Asesora Sexual
La vida es una carga cuando esperamos que seres mágicos o divinos hagan las cosas por nosotros.